
¡Señoras y señores!... nuestros hijos, los hijos del mundo merecen nuestra atención, mas haya de lo necesario, nuestra total sensibilidad, delicadeza y preocupación... es la razón por la que nace
Social Accion Enfants, en relación a hechos verídicos experimentados en si, es donde se desarrolla su extrema sensibilidad, sed de justicia y apoyo ante tanta terrible verdad y crudeza en la que se forma y se desprotege a los niños, niñas y adolescentes del mundo. para canalizar íntegramente mis sentimientos de solidaridad? sus sentimientos y transformarlos en una herramienta de ayuda solidaria, de la verdad, un aliento, un futuro, "Una mano que otorga sin exigir, sin pedir nada a cambio" solo su felicidad y desarrollo
Social Accion Enfants, organismo privado sin fines de lucro, denunciara, advertirá y pedirá auxilio, apoyo a la comunidad internacional y expondrá todo hecho irregular, de toda injusticia que se cometa en contra de todos los niños, ante la ONU y UNICEF.
Pero en la triste verdad según me ha constado en mi cruda realidad, de la que me he experimentado personalmente en todos los tribunales de mi país. Conocí ampliamente todos los entes, organismos fiscales y policiales, como así ambos tribunales en lo civil, penal y de familia, adolecen de la verdadera noción de cautelar y proteger en su socorro, que le corresponde a cada organismo judicial, policial u otros de cada estado del mundo y todo lo relacionado con la protección y los derechos de los niños. De la gran mendacidad, intulticia, desamparo, explotación, injusticia y olvido en que se encuentran nuestros niños. Una utopía, por el cual luchar, en favor y al servicio del "Bien superior de niño, niña y adolescente", depositando sueños, proyectos, un futuro y concretando internacionalmente el mandato divino de su sentir, ese extraño latente llamado de su interior, de su creencia, de su Dios, ser un extenso profundo sentimiento que brota del alma solidaria filantrópica en ayuda a cumplir en favor de nuestro legado, nuestro futuro, que son los niños desamparados, olvidados del mundo en que vivimos.
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